29/7/15

Las emociones, vitales en el aprendizaje.




Mucho se ha dicho de las emociones y la relación directa con las emociones, el investigador en neurociencia Francisco Mora asegura que el elemento esencial en el proceso de aprendizaje es la emoción porque sólo se puede aprender aquello que se ama, aquello que le dice algo nuevo a la persona, que significa algo, que sobresale del entorno en Neuroeducación, el libro que acaba de publicar en Alianza Editorial. “Sin emoción –dice– no hay curiosidad, no hay atención, no hay aprendizaje, no hay memoria”.

Francisco Mora (Granada, 1945), doctor en Neurociencia por la Universidad de Oxford y catedrĆ”tico de FisiologĆ­a de la Universidad Complutense, ha publicado Neuroeducación (Alianza), un volumen con el que pretende desarrollar “las preguntas centrales que son de interĆ©s y preocupación en el mundo de la enseƱanza a cualquier nivel y ayudar a desentraƱar las claves de cómo contestarlas a la luz de los conocimientos mas recientes de la neurociencia cognitiva”.

La alegrĆ­a como base del aprendizaje

El cientĆ­fico seƱala que “los niƱos hoy aprenden, desde muy pronto, conceptos abstractos en habitaciones con ventanales sin mucha luz o luz artificial, con el rigor y la seriedad de maestros que se aleja de aquel “juego” primitivo que generaba aprender y memorizar de lo sensorial directo, “con alegrĆ­a”, base de la atención y el despertar de la curiosidad”.

Entender esto hoy en su raĆ­z y desde la perspectiva de cómo funciona el cerebro y sacar ventaja de ello –afirma– “es un primer principio bĆ”sico de la enseƱanza con el que se puede llegar a aprender y memorizar mejor. estos principios se pueden extender en su aplicación no solo a la enseƱanza bĆ”sica o durante la adolescencia sino a los mĆ”s altos estudios universitarios o a estudios aplicados sea la empresa o la investigación cientĆ­fica”.

Asimismo aƱade que “la neurociencia cognitiva ya nos indica, a travĆ©s del estudio de la actividad de las diferentes Ć”reas del cerebro y sus funciones que solo puede ser verdaderamente aprendido aquello que te dice algo. aquello que llama la atención y genera emoción. aquello que es diferente y sobresale de la monotonĆ­a”.

“La atención, ventana del conocimiento, despierta cuando hay algo nuevo en el entorno. Ese ‘algo nuevo’ apela, como hace millones de aƱos, a la supervivencia como Ćŗltimo significado” –aƱade–. “La atención nace de algo que puede significar recompensa (placer) o castigo (peligro) y que por tanto tiene que ver con nuestra propia vida”. “Pero con el devenir evolutivo y la propia civilización –advierte Mora–, aprender y memorizar son mecanismos que los hemos llevado a unos niveles tan abstractos y de tan alto calado social que escapan y se han venido alejando de las raĆ­ces inviolables, genĆ©ticas y evolutivas, de aquella alegrĆ­a que en su origen significó verdaderamente aprender y memorizar”.

Todos los docentes debemos conocer cómo funciona el cerebro revitalizarĆ­a la enseƱanza. A su juicio, revitalizar hoy la enseƱanza y el aprendizaje en este nuevo contexto de una cultura avanzada, “requiere un conocimiento de cómo funciona el cerebro en esos procesos y llevarlo a los maestros y los profesores para que estos finalmente lo apliquen en las aulas”. Asegura que “de esto se han dado cuenta muy recientemente prestigiosos pensadores e instituciones como el reciĆ©n creado Centro de Neurociencia para la Educación de la Universidad de Cambridge o la International Mind-Brain and Education Society a travĆ©s de su revista Mind, Brain and Education“. No obstante asegura que “es bien cierto que, hasta ahora, el conocimiento extraĆ­do de las neurociencias no ha sido fĆ”cil mostrarlo a los maestros y ellos transferirlo como mĆ©todo a la enseƱanza de los niƱos o los estudiantes de instituto”.

Reconoce que “existen problemas en la relación neurocientĆ­fico-maestro (y mas allĆ” profesores universitarios) sobre todo en el lenguaje utilizado por los primeros para dirigirse a los segundos en la transferencia de estos conocimientos. y en los segundos, los maestros, para captar, con certeza y seguridad esos conocimientos a la hora de emplearlos con los alumnos”.

“Desde esta perspectiva como base –subraya– se pretende construir este libro que propongo con el tĆ­tulo de Neuroeducación y que tendrĆ­a un formato similar al libro ¿Se puede retrasar el envejecimiento del cerebro?“

Mora,   dice que utilizando un lenguaje sencillo, conciso y asequible pretende “desarrollar las contestaciones a las preguntas bĆ”sicas y los componentes esenciales del problema que representa el advenimiento de la neurociencia para la educación y enumerar y describir brevemente las soluciones y ventajas de estas nuevas concepciones”.

Fuente: elpais.com

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