Las emociones, vitales en el aprendizaje.




Mucho se ha dicho de las emociones y la relaciĆ³n directa con las emociones, el investigador en neurociencia Francisco Mora asegura que el elemento esencial en el proceso de aprendizaje es la emociĆ³n porque sĆ³lo se puede aprender aquello que se ama, aquello que le dice algo nuevo a la persona, que significa algo, que sobresale del entorno en NeuroeducaciĆ³n, el libro que acaba de publicar en Alianza Editorial. “Sin emociĆ³n –dice– no hay curiosidad, no hay atenciĆ³n, no hay aprendizaje, no hay memoria”.

Francisco Mora (Granada, 1945), doctor en Neurociencia por la Universidad de Oxford y catedrĆ”tico de FisiologĆ­a de la Universidad Complutense, ha publicado NeuroeducaciĆ³n (Alianza), un volumen con el que pretende desarrollar “las preguntas centrales que son de interĆ©s y preocupaciĆ³n en el mundo de la enseƱanza a cualquier nivel y ayudar a desentraƱar las claves de cĆ³mo contestarlas a la luz de los conocimientos mas recientes de la neurociencia cognitiva”.

La alegrĆ­a como base del aprendizaje

El cientĆ­fico seƱala que “los niƱos hoy aprenden, desde muy pronto, conceptos abstractos en habitaciones con ventanales sin mucha luz o luz artificial, con el rigor y la seriedad de maestros que se aleja de aquel “juego” primitivo que generaba aprender y memorizar de lo sensorial directo, “con alegrĆ­a”, base de la atenciĆ³n y el despertar de la curiosidad”.

Entender esto hoy en su raĆ­z y desde la perspectiva de cĆ³mo funciona el cerebro y sacar ventaja de ello –afirma– “es un primer principio bĆ”sico de la enseƱanza con el que se puede llegar a aprender y memorizar mejor. estos principios se pueden extender en su aplicaciĆ³n no solo a la enseƱanza bĆ”sica o durante la adolescencia sino a los mĆ”s altos estudios universitarios o a estudios aplicados sea la empresa o la investigaciĆ³n cientĆ­fica”.

Asimismo aƱade que “la neurociencia cognitiva ya nos indica, a travĆ©s del estudio de la actividad de las diferentes Ć”reas del cerebro y sus funciones que solo puede ser verdaderamente aprendido aquello que te dice algo. aquello que llama la atenciĆ³n y genera emociĆ³n. aquello que es diferente y sobresale de la monotonĆ­a”.

“La atenciĆ³n, ventana del conocimiento, despierta cuando hay algo nuevo en el entorno. Ese ‘algo nuevo’ apela, como hace millones de aƱos, a la supervivencia como Ćŗltimo significado” –aƱade–. “La atenciĆ³n nace de algo que puede significar recompensa (placer) o castigo (peligro) y que por tanto tiene que ver con nuestra propia vida”. “Pero con el devenir evolutivo y la propia civilizaciĆ³n –advierte Mora–, aprender y memorizar son mecanismos que los hemos llevado a unos niveles tan abstractos y de tan alto calado social que escapan y se han venido alejando de las raĆ­ces inviolables, genĆ©ticas y evolutivas, de aquella alegrĆ­a que en su origen significĆ³ verdaderamente aprender y memorizar”.

Todos los docentes debemos conocer cĆ³mo funciona el cerebro revitalizarĆ­a la enseƱanza. A su juicio, revitalizar hoy la enseƱanza y el aprendizaje en este nuevo contexto de una cultura avanzada, “requiere un conocimiento de cĆ³mo funciona el cerebro en esos procesos y llevarlo a los maestros y los profesores para que estos finalmente lo apliquen en las aulas”. Asegura que “de esto se han dado cuenta muy recientemente prestigiosos pensadores e instituciones como el reciĆ©n creado Centro de Neurociencia para la EducaciĆ³n de la Universidad de Cambridge o la International Mind-Brain and Education Society a travĆ©s de su revista Mind, Brain and Education“. No obstante asegura que “es bien cierto que, hasta ahora, el conocimiento extraĆ­do de las neurociencias no ha sido fĆ”cil mostrarlo a los maestros y ellos transferirlo como mĆ©todo a la enseƱanza de los niƱos o los estudiantes de instituto”.

Reconoce que “existen problemas en la relaciĆ³n neurocientĆ­fico-maestro (y mas allĆ” profesores universitarios) sobre todo en el lenguaje utilizado por los primeros para dirigirse a los segundos en la transferencia de estos conocimientos. y en los segundos, los maestros, para captar, con certeza y seguridad esos conocimientos a la hora de emplearlos con los alumnos”.

“Desde esta perspectiva como base –subraya– se pretende construir este libro que propongo con el tĆ­tulo de NeuroeducaciĆ³n y que tendrĆ­a un formato similar al libro ¿Se puede retrasar el envejecimiento del cerebro?“

Mora,   dice que utilizando un lenguaje sencillo, conciso y asequible pretende “desarrollar las contestaciones a las preguntas bĆ”sicas y los componentes esenciales del problema que representa el advenimiento de la neurociencia para la educaciĆ³n y enumerar y describir brevemente las soluciones y ventajas de estas nuevas concepciones”.

Fuente: elpais.com

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