Cuando escucho a docentes quejarse por una capacitación obligatoria en algunos países latinoamericanos, entro en conflicto, cuando escucho docentes quejarse por capacitaciones voluntarias para sumar puntos a sus curriculum también entro en conflicto... ninguna de estas capacitaciones que menciono significan un costo para el docente; son las metodologías que implementan los distintos gobiernos para mantener la formación continua en los países latinoamericanos ( la experiencia que conozco de vistas y vividas).
Siempre pensé que era cruel hacer capacitarse a los docentes de manera obligatoria, pero compruebo que voluntariamente también es cruel, puesto que la ausencia es la que marca el presentismo. Y digo que entro en conflicto porque hay una inversión en esto, dinero, tiempo y esfuerzo que termina en nada.
La formación continua no debería aparecer en las negociaciones sindicales magisteriales más que para pedir más formación y de mejor calidad. Sin embargo lo que se negocia es su desaparición, anulación o disminución de horas o jornadas de trabajo de formación.
Por el placer mismo de aprender la formación continua es parte de el aprendizaje y la actualización que como profesionales debemos permitirnos hacer; en otras profesiones de cuya actualización depende la vida de las personas la formación no es cuestionale se hace por el bien profesional y de los que dependen de ellos, tal y como debiera ser visto por la profesión docente.
Acuso a las universidades y centros formadores de no dar enfasis en la formación a sus profesionales, la Universidad nos da herramientas de trabajo pero debemos acumular más conocimiento, para no ser uno más, si no aspirar a la excelencia profesional.
Alba Jiménez
Coaching Educativo
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