Particularmente adoro el aprendizaje, en niños, adultos o gente mayor, no hay nada que me parezca más hermoso en una persona que ver los ojos abiertos una enorme sonrisa diciendo ..."ahhh era por eso" y pienso ahí hay aprendizaje, se prendió el foco.
Esos casos los aplaudo y promuevo, sin embargo hay otras situaciones que no son tan afortunadas; hace años en una empresa donde trabajé, tuve la oportunidad de compartir con los maravillosos equipos multidisciplinarios donde tenia la fortuna de relacionarme con profesionales de la educación de edades diversas los rangos eran entre 30 y 65 años, con tanta cultura general, muchísimos conocimientos que sin duda enriquecieron mi vida personal y académica, entre mis compañeros de trabajo tenia dos compañeras (que adoro) ambas de más de 60 años, las mejores en su área, en el proyecto nos asignaron computadoras, laptops, proyectores, celulares y bueno todas las condiciones para trabajar de manera optima.
Cosas curiosas ocurrían con estas damas maravillosas cuando teníamos que presentar avances, capacitar o estar frente a las personas, en el momento en que algunas de ellas hacia la presentación pasaban fotocopias a cada uno, apareció un retro proyector de esos de acetatos que proyectan la imagen de un lente; cuando teníamos que estar en linea simultáneamente decían yo prefiero leerlo en papel leer en la computadora me lastima.
El detallito que llamó la atención del jefe fue cuando se nos envío un correo masivo y ellas no estaban enteradas... entonces después de varios meses de "maromas" tuvieron que decir abiertamente que le tenían la guerra declarada a la tecnología: celulares, laptops, computadoras, a todo, expusieron sus razones para no usarlos, aseguraban que hacían todo a la misma velocidad que el resto, que entregaban informes, bitácoras, fotografías y resultados como el resto... y era verdad; lo que no sabíamos era el reclamo que el jefe tenia, estas hermosas señoras habían recurrido diariamente a secretarias y al jefe de sistemas para que les resolvieran sus situaciones laborales y de hecho por ello habían cumplido.
Ellas dos charlaron con el jefe en privado; accedieron a tomar un curso hiper super intensivo fuera de horas laborales para aprender y cumplir con su trabajo o hacían eso o le daban espacio a otros profesionales menos reacios al uso del pc.
Hoy día ambas son mis contactos en Facebook, suben vídeos de su trabajo a Youtube, envían textos en sus Blackberrys. Superaron la barrera tecnológica y es muy loable, deseo de corazón que muchos colegas hagan lo mismo que la barrera tecnologica no les impida dar todo eso que saben y que las nuevas generaciones vean en cada uno un ejemplo de innovación y actualización.
Licenciada Alba Jiménez
Coaching Educativa
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